MUJER EN LA LUNA

A mediados de los años-1920s, el gran director cinematográfico Fritz Lang decidió hacer una película acerca de un viaje a la Luna que sería en intención, más cuidadoso desde el punto de vitsa científico, que las películas previas sobre viajes al espacio, tales como, The Sky Ship (Denmark, 1918) de Holger-Madsen's y Aelita de Yakov Protazanov's (Soviet Union, 1924). Sin embargo, no fue posible para él mismo, ser más científicamente correcto y como los directores de Hollywood  en su posición harían en nuestros días: contrató asesores científicos entre otros el experto en naves- cohete Hermann Oberth, así como un joven Wernher von Braun, que también ayudó. Si embargo Lang, finalmente, desespero a Oberth el experto, debido a que deseaba que sus personajes caminaran sobre la superficie de la Luna sin ningún traje espacial y desde luego sin escafandra, no obstante de que el consenso científico de la época indicaba que la Luna no posee atmósfera. Las razones de Lang eran estéticas y además de que la historia de “Una Mujer en la Luna”era una historia de amor. Era difícil mostrar cualquier tipo de afecto, a través de la escafandra y el traje espacial —y al ser una película muda, sin audio, era especialmente importante capturar de las caras de los actores, la mayor expresividad posible. Ahora, tal transgresión de la verdad científica, provocaría el ridículo. Pero en 1929, el gran público no sabía bien si la Luna tenía o no atmósfera. De tal modo que Lang calculó los beneficios de ser científicamente incorrecto.