Cumbre sobre el Cambio Climático con Pocas Metas.


Aunque las Naciones Unidas espera que la Reunión de Cancún supere la de Copenhagen del año pasado, en realidad no se esperan muchos logros. Lo anterior debido en gran medida a los intereses de los países ricos. 24 November 2010 | Nature 468, 488-489 (2010) |

Copenhagen muestra que hay que tener cuidado con Cancún


Esta semana se lleva a cabo el encuentro climático, en más de un sentido, en Cancún México. Se deberá evitar hablar de objetivos muy ambiciosos, dice Yvo de Boer, en el editorial de Nature de esta semana. Primero, necesitamos que crea en el crecimiento verde, insiste.

Pero, que podemos esperar de esta ronda de negociaciones sobre el cambio climático, que, como se mencionó, inicia la siguiente semana, en las playas de la península de Yucatán.

Uno de los principales líderes, de un gran país en desarrollo, le habría confesado a de Boer, que le daba la sensación de que se repetiría la escena de no definición de acciones que detengan la decadencia del medio ambiente, que se llevó a cabo en Copenhagen en el año 2009. Hay varias buenas razones que explican lo anterior , la primera es que no se tiene un entendimiento compartido de cuales son los acuerdos que el encuentro debería lograr. El antecedente se había dado en Bali, en 2008, con la generación de un documento, que implicaba una serie de acciones, que implicaban un proceso, que habría de culminar en Copenhagen, pero que ningún país quiso asumir, argumentando que primero se tenía que establecer un nuevo marco jurídico con base en la Convención de las naciones Unidas, que, por cierto anunciaría el fallecimiento del Protocolo de Kyoto.

El movimiento, desde luego, beneficiaría a Estados Unidos, en perjuicio del planeta. Dejando como consolación solo una declaración política, llena de buenas intenciones.

la segunda razón, tiene que ver con el temor extendido de que un ambicioso plan para detener el cambio climático, a través de la caída de las emisiones de CO2, tiene como efecto, detener aún más, el desarrollo económico, con implicaciones sobre el precio de los energéticos, la seguridad y la escasez, en un mundo que se niega a adoptar un nuevo modelo económico con medidas más verdes, en el buen sentido, con ahorros de energía, como la implementación de sistemas de transporte colectivo eficientes, sin el cultivo del uso del automóvil unipersonal, la recuperación del agua de lluvias y muchas otras medidas que nos negamos a adoptar como sociedad.

Lo peor viene del sentimiento de muchos países en desarrollo, que tienen la percepción, por supuesto bien fundada, de que los países ricos, aprovechan el cambio climático como pretexto para mantener la hegemonía.

La opción es, de acuerdo a este editorial, que las decisiones que se tomen en Cancún, sean prácticas.

Que las decisiones exploren la posibilidad de que la ruta verde, en realidad puede causar crecimiento económico que beneficia a todos los países. Es decir que las acciones verdes sean un buen negocio, pero ningún país aprobará un marco legal, en el que no se vea clara esta situación.

de Boer hace énfasis en que se requiere ser prácticos en seis aspectos que a continuación se exponen: Se requiere primero asegurar a los países en desarrollo que el crecimiento verde, implique una estrategia de acceso a recursos financieros internacionales blandos, lo cual se prometió en Copenhagen. En segundo término, es esencial asesorar un plan eficiente que permita, sobre todo a los países pobres, implementar su crecimiento verde, pero crecimiento al fin.

Un tercer factor crítico, para que la reunión de Cancún tenga éxito, es revertir la falta de atención a la adaptación de los nuevos factores, después de Kyoto, que era muy utópico e irrealizable.

El cuarto punto debe asegurar mecanismos que empujen tecnologías innovadoras para los países pobres, a bajo costo, como el uso de energías renovables.

El quinto lugar, lograr un acuerdo que recompense el combate a la deforestación y degradación ambiental que ofrezca un premio real a los países que lo lleven a cabo, lo cual permitirá abatir la emisión de gases invernadero a tope.

Por último, robustecer una red monitor que reporte el estado del arte del cambio climático.

Notarán que esta lista no incluye acciones demasiado ambiciosas, trabajar con lo posible y con lo que se tiene, ser prácticos.

Las experiencias en Estados Unidos respecto al mercado de del dióxido de azufre y del carbono en Europa, sugieren que un inicio modesto puede ser un camino efectivo. La falta de sentido común debe ser superada en Cancún. Aquellos que estén familiarizados con las reglas del Fútbol, deberán advertir que la reunión de Copenhagen del año pasado, significan una tarjeta amarilla que obliga a tener mucho cuidado y evitar la segunda que solo significará la expulsión de la humanidad de este planeta.


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